Parece imposible el preparar a nuestros hijos para trabajos que aún no existen, pero sí es posible siempre que se tenga en cuenta hacia dónde avanza la sociedad.
“En el futuro, no será necesario que nuestros hijos se especialicen en algo en concreto”
Según Joaquín Nieto, de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), 6 de cada 10 niños de hoy trabajarán en profesiones que aún no existen.
Entonces, ¿cómo preparar a nuestros hijos para algo que no existe? En la actualidad existen empleos que hace 30 años eran impensables, por lo que algo así es lo que pasará con nuestros hijos.
Actualmente también podemos observar que cada vez hay más trabajos que realizan máquinas, quitando el puesto a las personas.
Pero esto no tiene que ser algo negativo, ya que el futuro también puede ser brillante para todos. Las nuevas oportunidades no tienen por qué dejar de ocurrir.
De hecho, hay profesionales que nunca serán sustituidos por robots, como por ejemplo profesores, médicos, periodistas, policías, bomberos… en definitiva, cualquier puesto de trabajo que tenga que ver con ayudar a los demás.
Con la tecnología al mando
Se ve cada día cómo la tecnología cada vez gana terreno en la sociedad. Los niños están creciendo ya acostumbrados a que esto sea así, por lo que no es de extrañar que su adaptación a estos trabajos que aún no existen sea más sencillo de lo que parece.
De hecho, en cuanto al mundo laboral, en el futuro predominarán:
- Profesionales que fabriquen inteligencias artificiales.
- Personas que den órdenes a las máquinas para que ejecuten las acciones.
- Personas de alta influencia social, es decir, los famosos e influencers.
Es probable que la inteligencia artificial genere más puestos de trabajos y que no destruya tantos como se pueden pensar.
De hecho, la tecnología estará tan metida en nuestra sociedad que otros trabajos que no corren peligro como aquellos en sectores de educación, seguridad o sanidad, también deberán estar al día del funcionamiento de estas máquinas para poder desarrollar su actividad correctamente.
En este sentido, los trabajadores, además de tener los conocimientos propios de una profesión en concreto, también necesitarán tener los conocimientos y las habilidades necesarias para tener un buen manejo de la tecnología.
Las humanidades y las ciencias sociales del futuro
Se necesitará saber cómo funcionan las máquinas, por supuesto, pero también cómo funciona la sociedad y la organización de la misma.
Las humanidades y las ciencias sociales también formarán parte de esas profesiones tan importantes para el futuro de nuestros hijos.
Humanidades y ciencias sociales
Una formación en artes liberales podrá ser una buena forma de combatir con la automatización.
Si bien es cierto que todo el mundo necesitará comprender la informática y también el funcionamiento de las máquinas, nunca pasará de moda el estudiar filosofía, arte, sociología, psicología, neurociencia… claves para nuestro futuro.
Los jóvenes tendrán conocimientos para entender a las personas y aprovechar la inteligencia artificial al máximo.
En este sentido es fundamental entender el mundo, pero estar activo en él, evolucionando y adaptándonos a los cambios que se nos van presentando.
Porque es cierto que las máquinas son buenas opciones para realizar acciones repetitivas, pero las personas tenemos algo que las máquinas no conseguirán: tenemos corazón y también la capacidad de la resolución de conflictivos o de dificultades a través de la creatividad.
Por todo esto es muy importante que tus hijos desarrollen su creatividad desde la más tierna infancia, que no decaiga en ningún momento porque la van a necesitar mucho más que las generaciones pasadas.
En la actualidad, a los niños no les pueden faltar extraescolares de música, pintura, arte, teatro, escritura… y también actividades creativas en casa.
No hace falta especializarse
Los niños deberán aprender a ser multidisciplinarios, lo que significa que no es necesario que se especialicen en algo en concreto, sino ser capaz de destacar en diversos ámbitos diferentes.
Deberán ser capaces de adaptarse para que así, a medida que la sociedad siga evolucionando y avanzando, sean capaces de adaptarse. Enseña a tus hijos a ser flexibles y a que pueda desarrollar diferentes habilidades.
Estar al día con la tecnología
Aunque es cierto que los niños de hoy en día comprenden la tecnología incluso mejor que muchos adultos, no hay que confiarse demasiado. Por ejemplo, hace tan solo 30 años, las redes sociales tal y como las conocemos hoy en día, era algo inimaginable.
Por eso, el avance de la tecnología es algo que no se puede prever, no se sabe cómo serán exactamente o qué es lo que se conseguirá con ellas, por lo que hay que estar preparado para ello.
Los niños de hoy, a medida que crecen, deberán estar siempre al día de las novedades en tecnología. Esto hará que, sin que ellos se den cuenta, y a medida que se integran las tecnologías en la sociedad, la usen de manera muy intuitiva.
Porque las tecnologías consisten en eso básicamente, en facilitarnos la vida a las personas… pero hay que entender su lenguaje.
Teniendo todo esto en cuenta, que los niños aprendan a editar fotos o vídeos solo por diversión es una manera de comenzar a ponerlos en contacto con la tecnología que necesitarán dominar en el futuro.
Que la tecnología sea para ellos un juego intuitivo, algo que dominan a la perfección porque se ha incorporado en su vida. Aunque, por supuesto, no hay que dejar de lado en ningún momento la parte social de la vida, la interacción humana, el hacer actividades al aire libre.
Cuidar nuestras relaciones sociales
La tecnología formará parte de la vida, del trabajo… pero no debe ser algo que les controle la vida. Porque las cosas buenas de la vida, como disfrutar de los amigos, de la familia, de un buen abrazo… no han cambiado en 30 años y tampoco lo harán en los siguientes 30.
Nos estamos moviendo hacia una igualdad tecnológica, donde los niños tendrán el mismo derecho a tener conexión a Internet y a entender el dominio de todo lo que conllevan las nuevas tecnologías (que cada vez son más y más nuevas).
Pero como hemos apuntado en el párrafo anterior, la tecnología está muy bien y los niños tendrán trabajos en el futuro que aún no existen.
Es cierto que hay que prepararles para ello, pero nunca, bajo ninguna circunstancia, hay que permitir que la tecnología destruya lo profundamente humano, como las emociones o las relaciones sociales.